¿Quién será Ministro de Cultura del Perú?  

Hasta hace nada se ha estado voceado a un arqueólogo notable, una de las personas que más logros e imagen le ha dado al país en los últimos 50 años de nuestra historia. Su nombre habría caído en el último minuto por la famosa cuota de género. Y creo que en este caso no debería ser así.

Señor Presidente Vizcarra. aún está a tiempo. No desmerecemos los nombres alternativos que se le plantean, pero le pedimos reflexionar:

a) El nivel da caos y mal gobierno que ha habido en el área del patrimonio cultural en los últimos años, incluyendo los dos gobiernos anteriores, no tiene precedentes en el país. Las medidas decorativas y de lavamiento de imagen que se hicieron en algunos momentos son, a todas luces, insuficientes.

b) El patrimonio cultural es el gran activo, el mayor activo para el desarrollo sostenible del país. Con todo el caos y problemática que haya en torno a Machu Picchu, es el motor indiscutible del desarrollo de la región sur. En el norte lo logrado por las Huacas del Sol y de la Luna, por el Brujo, por Sipán y el Museo Tumbas Reales, no tiene parangón en estabilidad y beneficios que no son sólo económicos, aunque incluyen ese aspecto.

c) El caos político que acabamos de vivir, Señor Presidente Vizcarra, se debe en gran parte a la debilitada y alicaída identidad nacional, que debe volver a forjarse en base al respeto a la diversidad, al aporte de regiones como la suya y la del señor Primer Ministro, que todas juntas constituyen el mayor aporte del Perú a la historia de la humanidad: el ser uno de los 6 puntos del orbe donde se forjó alta civilización.

d) El patrimonio cultural está olvidado, casi destruido, terriblemente maltratado desde hace mucho y un pueblo con un patrimonio cultural así de alicaído no es un pueblo que se sienta fuerte y digno: necesitamos volver a creer profundamente en nosotros mismos, Señor Presidente. Si los símbolos de nuestra cultura están en el olvido, ¿Qué orgullo nacional nos puede sacar a flote? Si lo mejor de cada pueblo, su patrimonio, no es apreciado ¿De qué pueblo estamos hablando?

e) Hay ejemplos del caos por todo el territorio nacional. Duele ver las joyas de las iglesias de la Región Puno, en mal estado pero sobre todo en medio de pueblos caóticos, desordenados, terriblemente mal tratados. Una de las gotas que colma el vaso es Ventarrón, en el norte: con irresponsabilidad se dijo que se recuperaría casi totalmente, y hoy, en época de lluvias, yace cubierto por cuatro plásticos: así no podemos tener un pueblo que crea en sí mismo, Señor Presidente, Así no podemos tener un clima de confianza y respeto entre quienes al no sentirse parte de un mismo proyecto cultural, menos se sienten parte de un proyecto nacional.

f) Nuestro patrimonio, es decir nuestros símbolos nacionales, están maltratados y olvidados, Ing. Vizcarra. Debe reivindicarse la confianza en el respeto a nosotros mismos poniendo a alguien que simbolice un renacer del patrimonio en las políticas públicas. Es una fuente de desarrollo, de crecimiento económico, de fe en nosotros mismos: SEÑOR PRESIDENTE VIZCARRA, tiene Usted la oportunidad gigantesca de RESCATAR LA MEMORIA, LA HISTORIA Y LA VIABILIDAD DE NUESTRO PAÍS. Esa esperanza no debe ser defraudada.

Tal vez las alternativas que se plantean en el sector cultura puedan asumir ese compromiso. Pero el mensaje simbólico no parece todo lo contundente que el sector requiere. En todo caso, como mínimo, le pedimos Señor Presidente, que ponga Ud. mismo fin al caos reinante en el Ministerio de Cultura, sea quien sea el Ministro, y que disponga junto con quien ocupe la cartera un renacer de esa institución junto con el renacimiento que Ud. representa para el país. De cara al Bicentenario, señores Vizcarra y Villanueva, tenemos casos como el de la hacienda Punchauca, lugar clave de nuestra independencia, donde patrimonialistas encontraron hace poco basura, animales muertos y pobredumbre. El Ministerio de Cultura debe ayudarlo, señor Presidente, a que este sueño que muchos peruanos queremos depositar en sus manos, sea un verdadero renacimiento.